Ronda. De serranías, toros y bandoleros


De la antigüedad de Ronda no cabe ninguna duda, baste con acercarnos a la Cueva de la Pileta, el Yacimiento Romano de Acipinio o las necrópolis existentes en la zona. Su casco antiguo nos lo recuerda constantemente con los descubrimientos arqueológicos que se suceden cada vez que se inicia una obra. Desde el Neolítico a la ocupación Romana fue amasando un esplendor que llegó a su cenit con la ocupación Musulmana y la posterior conversión en uno de los llamados Reinos de Taifas, a la desaparición del Califato Cordobés.

 

Importancia capital tuvo tras ser conquistada por los reyes Católicos, pero no fue hasta los Siglos XVIII y XIX cuando se empezó a forjar el papel de Ronda. De esta época datan los diversos monumentos que se ubican en la localidad, su grandiosa y mítica Plaza de Toros y el famoso Puente sobre el rio Guadalevin, que comunica los barrios antiguo y nuevo de la ciudad.

 

Un paseo por su casco antiguo (ya sea a pie o en coche de caballos) nos dará una idea de la importancia que para Andalucía tuvo Ronda. Las Murallas y Puertas Árabes, El Palacio del Marques de Salvatierra, El Palacio del Rey Moro, El Convento de la Merced y El Arco de Felipe V, son algunos de los más representativos junto con los ya enumerados de El Puente Nuevo y La Plaza de Toros.

 

El llamado Tajo de Ronda marca y divide la ciudad. Para unir los barrios se construyo el llamado Puente Nuevo, ingenio arquitectónico de casi 100 m de altura y cuya construcción duró casi cincuenta años, repartidos en varias épocas. Imponente resulta el cauce del rio Guadalevin visto desde cualquiera de los lados del puente, junto con las casas construidas en el borde del barranco y que algunas de ellas, hoy en día, se han convertido en excelentes restaurantes con impresionantes vistas. En el mismo puente se ha ubicado por el Ayuntamiento, un Centro de Interpretación con datos de la construcción del puente como de la fauna y flora de su entorno.

 

Para los amantes de la Tauromaquia, la denominada Plaza de Toros de la Real Maestranza de Caballería de Ronda, es un punto y aparte. Construida como consecuencia de la afición al toreo de a pie surgida en la Real Maestranza, es un importante reclamo turístico de la ciudad y uno de los más visitados de Andalucía. En ella se ha ubicado el Museo de la Tauromaquia, colecciones de Guarniciones y armas y la destacada Escuela de Equitación. Un Archivo y una Biblioteca se encargan de la recuperación de diversos fondos y obras para convertirlos en accesibles a diversos estudiosos.

 

Aunque solo sea por contemplar desde el Puente el denominado “Tajo de Ronda”, la visita a la ciudad merece la pena. Para comer no tendremos ningún problema, pues la oferta de restauración es excelente; Restaurantes como “Tragabuches”, “Albacara” o “Don Miguel” ofrecen una delicia gastronómica adornada con una esmerada decoración y su privilegiada ubicación. Pero hay mucho más donde elegir y para todos los bolsillos y necesidades, solo hace falta decidirse.

 

Si tenemos pensamiento de pasar allí alguna noche, no habremos elegido mejor lugar. Hoteles para todos los gustos y bolsillos, en el centro de la ciudad y en sus proximidades, con muchas o con pocas estrellas. Encontraremos de todo, “Acipinio”, “Reina Victoria”, “Maestranza” o “San Gabriel”, aunque por la espectacularidad del lugar el Parador de Turismo de Ronda, al borde mismo del barranco es un lugar mágico, con la sobriedad y las atenciones habituales de la ya mítica cadena.

 

Texto: José Muñoz Mora

Fotos: Titus Magnificus