Acehuche y sus Carantoñas. Fiesta, Tradición y Devoción en Cáceres.


Los festejos dan comienzo el día de antes cuando el denominado “Mayordomo”, acompañado de sus acólitos, se afanan en la recogida de ramas de romero y que luego depositan a la entrada de la Iglesia entre la algarabía de los vecinos, que festejan el acto a la espera del atardecer, momento en el cual hace su aparición el tamborilero y que se encargará de amenizar a base de flauta y tambor los actos festivos.

 

Llegado el día del Santo y antes del amanecer, comienza la denominada “Alborá”. Las calles del pueblo, engalanadas en balcones y ventanas, comienzan a despertarse a base de cohetes y música de flauta y tambor. El Mayordomo prepara unas generosas migas para disfrute de vecinos y visitantes.

 

En ese día, los habitantes de Acehuche se atavían con extraños y coloridos trajes. Los hombre se convierten en “Carantoñas”, cubriendo su cuerpo con pieles de animales y sus cabezas con mascaras, complementando todo con diversas hortalizas y colmillos. Las mujeres se visten de “Regaoras”, utilizando para ello trajes típicos y esplendidos mantones. Su caracterización se completa con bandejas repletas de papelillos de colores que van lanzando al paso del Santo.

 

Otros intervinientes se visten de “Tiraores”, y armados con escopetas de cartuchos escoltan el recorrido del Santo por las calles de la localidad, disparando al aire. El estruendo provocado por ellos, conjugado con el lanzamiento de los papelillos de papel por parte de las regaoras, completan el colorido y ruidoso desplazamiento por las calles, desde el momento en que sale la Imagen de la Iglesia. Especialmente emotivo resulta la denominada “Loa”, soflama que ensalza la vida del Santo y que se realiza delante de la vivienda del Mayordomo. Tras la Loa, más disparos de los Tiraores y mas papelillos de las Regaoras, todo ello entre vivas al Santo, ante de volver a desplazarse hacia la Iglesia, para celebrar una Misa.

 

Mientras se realiza el recorrido por la localidad, las Carantoñas preceden al Santo mientras se inclinan a su paso, lo cual asemeja a una escolta hasta el momento de acceder al Templo. Allí, estas “no pueden entrar”. En ese momento hace su aparición la denominada “Vaca Tora”, otra especie de Carantoña con unos cuernos enormes y que se dedica a espantar al resto. Posteriormente se realiza un convite a todos los asistentes a base de dulces caseros.

 

Resulta digno de apreciar la emoción que embarga a los presentes y el baile final que acometen entre Carantoñas y Regaoras, representando vivamente el dilema existente entre las fiestas paganas y las religiosas. Son dos días de fiesta, diversión y devoción que cada vez atraen a más visitantes a Acehuche.

 

El próximo año, allí te esperan.


Texto: José Muñoz Mora

Fotos: Titus Magnificus